Este tipo de documento se envía a los padres en forma parcelada, con el objetivo de lograr apoyar a la familia y mejorar su compromiso en la estimulación del gusto por la lectura.
EL VALOR DE CONTAR UN CUENTO.
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En la sociedad actual, la práctica de relatar cuentos a los niños se ha ido perdiendo. La televisión, el video y los juegos multimedia proporcionan a los padres inmediatez en la entretención y los liberan para otras cosas. Si además ambos padres trabajan, la situación se agrava y no es raro que los niños pasen gran parte del día solos.
El hogar es el núcleo donde se desarrolla un niño sano, feliz y útil a la sociedad. Es precisamente en la familia donde se aprende a confiar y a amar, donde se enseña a expresar ideas y sentimientos. Invertir tiempo en conversar con los hijos es una inversión a largo plazo, un negocio rentable para cualquier sociedad.
EL VALOR DE CONTAR UN CUENTO.
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El aporte de narrar cuentos va más allá del relato. Un niño al que se le dedica tiempo en el relato de cuentos o historias es más seguro, porque capta que su progenitor está dejando de hacer una actividad “de adulto”, para dedicarse por completo a él.
El cuento realiza aportes desde muchas perspectivas: Ayuda a los menores a comprender sus emociones o resolver sus conflictos. Experiencias duras como la muerte de un ser querido, enfermedad crónica de un hermano o de él mismo, defectos físicos, o la separación de los padres, pueden ser menos traumáticos si el niño las observa en terceras personas. Comprende que a otros les puede pasar lo mismo que él está viviendo, trasformándose el cuento en un reflejo de sus propios conflictos, ofreciéndole además opciones de resolución para sus dificultades. Escuchar experiencias similares a las de su vida le permite hacer un análisis de su realidad en forma menos emocional.
EL VALOR DE CONTAR UN CUENTO.
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Desde otra perspectiva, el adulto que relata el cuento entrega modelos de lenguaje que ayudaran al niño en el desarrollo del mismo. La gran ventaja del cuento es que permite que el pequeño pase a ser actor principal en el proceso comunicativo, puesto que puede intervenir y preguntar cuando lo estime conveniente.
El cuento también favorece la comunicación interpersonal entre padres e hijos, adultos y niños ya que permite un acercamiento que más adelante se puede transformar en comunicación de sentimientos, ideas, experiencias particulares del niño.
EL VALOR DE CONTAR UN CUENTO.
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El pequeño además desarrolla su capacidad de escucha. Permitiéndole centrarse en elementos que van más allá de las palabras como tono de voz, gestos, sonrisas y movimientos de manos. De está manera aprenderá a comprender e interpretar a otros. Ayuda también en el desarrollo de la creatividad e imaginación ya que las palabras abren su mente a infinidad de imágenes. El momento de contar cuentos debiera ser uno de loa más agradables del día. El narrador debe crear un clima favorable para el encuentro: Es fundamental mantener un cierto silencio; se debe apagar el televisor, la radio u otros elementos sonoros perturbadores; y mantener una temperatura adecuada, ni mucho frío ni calor para no dificultar la atención del niño; debe estar cómodo, ubicado a la misma altura del narrador, ya que lo predispone a la igualdad interior, y recordar sobre todo que es una actividad voluntaria, deseada y querida, no impuesta por el adulto, para no producir un efecto contrario al que deseamos lograr.
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